jueves , 28 marzo 2024

Cuentos tradicionales: Cenicienta

Hubo una vez, hace mucho, mucho tiempo una joven muy bella, tan bella que no hay palabras para describirla. Se llamaba Cenicienta

Cenicienta era pobre, no tenía padres y vivía con su madrastra, una mujer viuda muy cascarrabias que siempre estaba enfadada y dando ordenes gritos a todo el mundo.
Con la madrastra tambien vivían su dos hijas, que eran muy feas e insoportables.Cenicienta era la que hacía los trabajos más duros de la casa, como por ejemplo limpiar la chimenea cada dia, por lo que sus vestidos siempre estaban sucios o manchados de ceniza, por eso las personas del lugar la llamaban cenicienta. Cenicienta apenas tenia amigos, solo a dos ratoncitos muy simpáticos que vivían en un agujero de la casa.

Un buen día, sucedió algo inesperado; el Rey de aquel lugar hizo saber a todos los habitantes de la región que invitaba a todas las chicas jovenes a un gran baile que se celebraba en el palacio real.

El motivo del baile era encontrar una esposa para el hijo del rey; el principe! para casarse con ella y convertirla en princesa.

La notícia llego a los oidos de cenicienta y se puso muy contenta. Por unos instantes soño con que sería ella, la futura mujer del principe. La princesa!

Pero, por desgracia, las cosas no serían tan faciles para nuestra amiga cenicienta…

La madrastra de cenicienta le dijo en un tono malvado y cruel: – Tú Cenicienta, no irás al baile del principe, porque te quedarás aqui en casa fregando el suelo, limpiando el carbon y ceniza de la chimenea y preparando la cena para cuando nosotras volvamos.

Cenicienta esa noche lloró en su habitación, estaba muy triste porque ella quería ir al baile y conocer al príncipe.

Al cabo de unos dias llegó la esperada fecha: el día del baile en palacio

Cenicienta veia como sus hermanastras se arreglaban y se intentaban poner guapas y bonitas, pero era imposible, porque eran muy feas de tan malas que eran…pero sus vestidos…eran muy bonitos!

Al llegar la noche, su madrasta y hermanastras partieron hacia el palacio real, y cenicienta, sola en casa, una vez más se puso a llorar de tristeza.

Entre llanto y llanto, dijo en voz alta: – ¿Por qué seré tan desgraciada? Por favor, si hay algun ser mágico que pueda ayudarme.. decía cenicienta con desesperación.

[picture_frame source_type=»attachment_id» source_value=»1593″ title=»Cenicienta y el Hada Madrina» align=»left»] De pronto, sucedió algo increible; se le apareció un hada Madrina muy buena y muy poderosa.

Y con voz suave, tierna y muy agradable le dijo a cenicienta; – No llores más, te ayudaré.

¿De verdad ? dijo cenicienta un poco incrédula…pero como vas a ayudarme ? no tengo ningun vestido bonito para ir al baile y mis zapatos estan todos rotos!

La hada madrina saco su varita mágica y con ella toco suavemente a cenicienta, y al momento…oh!, que milagro! un maravilloso vestido apareció en el cuerpo de cenicienta, así como tambien unos preciosos zapatos.

Ahora ya puedes ir al baile de palacio cenicienta, pero…ten en cuenta una cosa muy importante: tu vestido a las 12 de la noche… volverá a ser los arapos que llevas ahora.

Hay algo más que debes saber, delante de la casa te espera un carruaje que te llevará al gran baile en palacio, pero a las 12 de la noche, se transformará en una calabaza!. Bien, dijo cenicienta, ya soy feliz, solo por poder ir al baile.

Cuando cenicienta llego al palacio, causo mucha impresion a todos los asistentes, nadie nunca habia visto tanta belleza, cenicienta estaba preciosa!

El principe, no tardo en darse cuenta de la presencia de esa joven tan bonita. Se dirigió hacia ella y le preguntó si queria bailar.

Cenicienta, dijo si!, claro que sí! Y estuvieron bailando durante horas y horas…

Las hermanastras de cenicienta no la reconocieron, debido a que ella siempre iba sucia y llena de ceniza, incluso se preguntaban quien sería aquella chica tan preciosa.

Pero de repente…oh!, dijo cenicienta, son casi las 12 de la noche, mi vestido esta a punto de convertirse en una ropa sucia, y el carruaje se transformará en una calabaza!

– ¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! le dijo al príncipe que estaba en sus brazos bailando.

Salió a toda prisa del salon de baile  bajó la escalinata hacia la salida de palacio perdiendo en su huída un zapato, que el príncipe encontró y recogió.

A partir de ese momento, el principe ya sabia quien iba a ser la futura princesa… la joven que habia perdido el zapato!, pero..caramba!, exclamo el principe, pero si no se ni como se llama, y mucho menos donde vive!

Para encontrar a la bella joven, el principe ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato.

Envió a sus sirvientes a recorrer todo el reino. Todas las jovenes, chicas y mujeres se probaban el zapato, pero no había ni una a que pudiera calzarse el zapato.

Al cabo de unas semanas, los sirvientes de palacio llegaron a casa de Cenicienta.

La madrastra llamó a sus feas hijas para que probasen el zapato, pero evidentemente no pudieron calzar el zapato.

Uno de los sirvientes del principe vio a cenicienta en un rincon de la casa, y exclamo: -eh!, tu tambien tienes que provarte el zapato!

La madrastra y sus hijas dijeron: -por favor!, como quiere usted que cenicienta sea la chica que busca el principe?, ella es pobre, siempre esta sucia y no fue a la fiesta de palacio!

Pero cuando cenicienta se puso el zapato y le encajo a la perfeccion…todos los presentes se quedaron de piedra!, -oooh!, es ella! la futura princesa!

Inmediatamente la llevaron a palacio y a los pocos dias se casó con el príncipe, por lo que fue una princesa!

Nunca más volvío con su madrastra, vivío feliz en palacio hasta el último de sus días.

FIN.

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